1. – La cruz: Cristo es nuestro salvador.

Creemos que Jesús es el único camino hacia Dios … “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida: nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:16); “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.” (Hechos 4:12).

2.- La copa: Cristo es nuestro santificador.

Creemos en el Espíritu Santo de Dios y en su poder para llenar la vida de toda persona. Este es el único medio por el cual podemos llevar una vida cristiana santa y victoriosa… Jesús dijo: “Yo soy la vid, y ustedes son las ramas. El que permanece en mí, como yo en él, dará mucho fruto; separados de mí nada pueden hacer, nada.” (Juan 15:5); ” Su divino poder, al darnos el conocimiento de aquel que nos llamó por su propia gloria y excelencia, nos ha concedido todas las cosas que necesitamos para vivir como Dios manda.” (2 Pedro 1:3)

La copa escenifica la vasija usada por el sacerdote en el Templo del Antiguo Testamento. El propósito era lavar sus pies antes de entrar al Lugar Santísimo tal como es necesaria la limpieza diaria de nuestros pecados a través del poder del Espíritu Santo.

3.- El jarro: Cristo es nuestro sanador.

Creemos que Jesucristo tiene poder para sonar cualquier enfermedad: “Y dondequiera que entraba, en aldeas, ciudades o campos, ponían en las calles a los que estaban enfermos, y le rogaban que les dejase tocar siquiera el borde de su manto; y todos los que le tocaban quedaban sanos.” (Marcos 6:56). Con su muerte en la cruz, Jesús proveyó el medio para que todos pudiésemos alcanzar la sanidad de nuestros cuerpos: “… y por su llaga fuimos nosotros curados.” (Isaías 53:5). En nuestros días, este poder se sigue manifestando porque “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos.” (Hebreos 13:8). Podemos invocar confiadamente su gracia porque: “He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para oír.” (Isaías 59:1).

4.- La corona: Cristo es el Rey que viene pronto.

Creemos en la segunda venida de Jesucristo y en el rapto de la Iglesia. Su venida puede ocurrir en cualquier momento. No sabemos el día ni la hora y eso  es lo que motiva nuestro esfuerzo misionero. Porque Jesús dijo: “Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.” (Mateo 24:14). “Y Jesús le dijo: Yo soy: y verán al Hijo del hombre sentado a la diestra de la potencia de Dios, y viniendo en las nubes del cielo.” (Marcos 14:62).

5.- El globo terráqueo: nuestro propósito es dar cumplimiento a la Gran Comisión.

El Señor urge a sus seguidores: “a dar de gratis lo que se recibió gratuitamente” (Mateo 10:8). Al mismo tiempo que los envía a predicar su palabra por todo el mundo. Este llamado continuará hasta que el evangelio, mediante los esfuerzos de su Iglesia, haya alcanzado a todas las naciones y él vuelva nuevamente. “Y este evangelio del reino se predicará en todo el mundo como testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin.” (Mateo 24:14).

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